jueves, 21 de noviembre de 2013

Domingo 17 de noviembre de 2013 – Las Pastillas del Abuelo
Club La Merced, San Luis

Nos tomamos el colectivo de las 3 de la tarde con Augusto y Sofi. Apenas llegamos (tipo cinco y media) fuimos al shopping a ver si quedaban anticipadas porque mi amiga no tenía, y después derechito al club. Estábamos preocupados por la cantidad de gente que iba a haber porque nosotros queríamos estar adelante, y, para nuestro alivio, no había demasiada cola, así que teníamos chances de estar mas cerca de la valla. Las puertas abrían a las 8 así que nos sentamos en el piso y nos pusimos a charlar con los chicos que llegaron atrás nuestro. Pasaron unos pibitos jodiendo y nos pidieron caramelos, que cuando les contestamos que sí se abalanzaron sobre la bolsa de $20 que se había comprado Sofi y no dejaron ni uno. Las chicas de atrás se fueron a chusmear el costado del club a ver si podían sacarse una foto con la banda si llegaba a salir, así que nos quedamos hablando y riéndonos con Yago (el unico chico, que se había quedado solo pobre). Llego el vendedor de remeras (que por cierto fue el único en toda la noche, LA guita se habrá hecho el waso) y con Sofi sufríamos porque queríamos comprarnos todas, jajajaja. Termine comprándome una –recordatorio: medirme las remeras siempre antes de comprarlas, me quedó chica – y otra para mi mamá. Hicimos una vaquita para que Augusto también se compre una, porque el pobre había pagado todo y se había quedado sin plata. Abrieron por fin las puertas alrededor de las nueve y cuarto y entramos. Estábamos a dos personas de la valla! Genial.“La vieja chueka” fue la banda soporte y tocó hasta las 10.  Ahí empezamos a volvernos locos todos cuando veíamos que empezaban a cambiar los instrumentos y los integrantes de la banda empezaban a salir.

Nunca había vivido un pogo como en ese recital! Era una cosa que me agarraban de los pelos, me tiraban a la mierda para todos lados y los de atrás empujaban y quedaba estampada contra la mina de adelante. A eso súmenle que cuando empezó se me desataron los cordones (imposible atármelos otra vez entre todo eso) y que era un club cerrado y el calor de ahí adentro era insoportable, juro que nunca en mi vida transpire tanto como ese día.

Y LA PASE TAN BIEN! 
LO DISFRUTE TANTO! 
Los temas fueron geniales, el sonido espectacular. La banda toca de diez. Piti tiene un vozarrón. Canta y te mira a los ojos. Te mira a los ojos y te señala y vos sentís que solamente estas con él y desaparece el resto. Saludo a todos, poso para las fotos y miraba fijo a las cámaras. Nos agradeció por todo mil y un veces. La verdad es que es un capo el tipo, y es re humilde. El resto de la banda también, son todos un amor! (Juan, el baterista, tiene una carita de tierno que te mata). Los pastilleros tienen una energía bárbara. Realmente es como dicen, es una FIESTA. Con todas las letras. En un momento miramos para atrás y se había armado una especie de pogo/baile y era una cosa muy linda de ver. Le cantamos el feliz cumple a Piti y volaron globos y papel picado por todos lados. Fue genial. Hubo un momento muy especial también, cuando Piti llamo a un pibe que había tocado la armónica con la banda soporte, para que los acompañe tocándola en un tema. "Moda de muchos, pasión de pocos. 100% pastillero" decía su remera. No saben lo que fue eso, el pibe no paró de llorar, desde que empezó a tocar hasta que se bajó del escenario. Al final se abrazaron, tenia una emoción barbara. Eso también fue una cosa hermosa. Cuando termino el recital, Piti se bajó del escenario y eso fue un caos, no se como, porque no podía ni pasar aunque estaba ahí nomas pero llegué a la valla. PITI ME AGARRO LA MANO. ME AGARRÓ LA MANO! Les juro que no caía, no lo podía creer! Empezó a pasar y no fue que me toco apenas, me la agarro!! (suena pelotudo pero son dos cosas distintas) y ahí estallé, me largue a llorar como una boluda –que vergüenza– Después bajó Juan y también me la agarro con las dos manos y tuve a centímetros míos esa carita de hermoso que tiene. Santi me toco la mano, también. Ustedes entienden lo que es tener a gente que admiras (obviamente este tipo de gente, no alguien que ves todos los días) TAN pero TAN cerca tuyo y que te den la mano? O sea, estábamos a la distancia de un brazo!!! Es un sentimiento que no se compara. Ya de por sí tenerlos ahí adelante tocándote en vivo es espectacular. Y que te toquen… no, fue único. Cuando termino el recital y se fueron, me di vuelta y Sofi me dice “ay, estas llorando! Dame un abrazo” y nos abrazamos las dos. Los tres teníamos una felicidad enorme. Estábamos volviendo y Augusto dice “Miren el piso, capaz que hay alguna púa que no agarraron”, pueden creer que el hijo de puta encontró una? Chocho estaba.

Mis papas ya habían entrado a buscarnos y cuando la vi fui a abrazarla todavía con las lagrimas en toda la cara y le dije “Piti me agarro la mano, mamá”.  Cuando la solté tenia los ojos llorosos… dios mio, es de familia! Vemos a uno tan feliz y nos emocionamos también.

En eso estábamos saliendo y apareció Yago que nos pidió los números. Re piola el chabon!
Cuando salí me compré otra remera (gracias a mi mamá que me dijo que me compre otra, sino solo tenia la que me queda chica!) y me agarré una de las botellitas de agua que la policía le saca a la gente porque estaba muerta de sed, jaja. De ahí fuimos a una estación de servicio a comprar algo para comer y viajamos a Daract otra vez.

Fue un recital espectacular. No voy a dudar en ir si vuelven. Lo que viví ahí fue increíble!

PITI TIENE RAZÓN, PITI TIENE RAZÓN, ESTO ES UNA FIESTA LA PUTA MADRE QUE LO PARIO!

GRACIAS PASTILLAS!!!

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